El síndrome del piramidal, es una contractura o sobrecarga del músculo piramidal. Normalmente, este músculo tiende a contracturarse y puede provocar unos síntomas muy parecidos a los de la ciática.
Lo que realmente sucede en el síndrome piramidal es que por el espasmo y engrosamiento muscular se comprime al nervio ciático. Esto provocará una serie de síntomas irradiados hacia la pierna, característicos de la afectación de este nervio.
En el caso del músculo piramidal da dolor referido en la parte posterior del muslo sin bajar del hueco poplíteo (zona deprimida que se encuentra justo detrás de la rodilla), a diferencia del dolor ciático. De la misma forma, el espasmo del músculo piramidal puede activar a puntos gatillos de musculatura adyacente, como los músculos glúteo medio y menor. Estos sí dan un dolor referido a todo el miembro inferior, hasta el tobillo, en el mismo territorio de la ciática.
Por otro lado, si hay atrapamiento del nervio ciático por el músculo piramidal, el dolor pasa a todo el miembro inferior, recorriendo el mismo al trayecto de dicho nervio.
Además de estos síntomas, también puede sentir que estando sentados necesitemos cambiar frecuentemente de postura para intentar aliviar el dolor. Dificultad para cruzar las piernas. El dolor aumenta al estar un tiempo sentados, de pie, durante la marcha, al levantarse desde la posición sentado y llevar cargas…
Mediante técnicas no invasivas de presión de los puntos gatillo y en caso de necesitad de forma invasiva con punción seca, podemos tratar y relajar el músculo piramidal. También es conveniente realizar masajes de descarga, revisar el resto de musculatura adyacente, realizar estiramientos de forma pasiva en consulta y enseñar al paciente ejercicios que pueda realizar en casa de forma precisa y pautada. Es importante también revisar las estructuras óseas que inserta el músculo, ya que por afectación en su movilidad y biomecánica, pueden causar tensiones en dicho músculo.
Si eres deportista o paciente, procura estirar.